Dí NO a la discriminación de género
Durante muchas generaciones crecimos pensando que el hombre y la mujer tenían roles diferentes desde su nacimiento: las niñas usaban rosado y los niños usaban azul; las niñas jugaban con muñecas y los niños jugaban con carros y balones; las jóvenes debían ser femeninas y delicadas y los jóvenes debían ser varoniles y rudos; la mujer se quedaba en la casa y se ocupaba de su mantenimiento y criaba a los hijos y el hombre trabajaba.
Cuando una niña, una joven o una mujer salía de esos parámetros, era señalada, juzgada y violentada.
Con el tiempo la humanidad ha logrado que se reconozca en nuestra cultura la dignidad e igualdad para las niñas, jovencitas y mujeres adultas, como sujetos de derechos.
Hoy en día podemos ver que la niña se viste con los colores y tipos de ropa que se siente cómoda; que las jovencitas juegan actividades como el fútbol o estudian carreras que antes eran solo pensadas para los hombres.
Sin embargo, aún se presenta violencia verbal, física y psicólogica hacia algunas niñas, jovencitas y mujeres. Aún se escuchan comentarios ofensivos cuando practican ciertas actividades, aun son discriminadas en los procesos de selección de personal para algunos trabajos, aun son tratadas diferente en algunos ambientes de trabajos, aun son agredidas por su estilo de vestir, su forma de llevar el cabello o por sus mismos movimientos y posturas corporales.
La tarea es educar a nuestros niñas y niños para que crezcan en ambientes de igualdad y respeto, reconociéndose como sujetos de derechos y de respeto.
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